Parece imposible que las palabras "dieta" y "delicioso" convivan en una misma frase. Pero no tiene por qué ser así. Con nuestras 55 recetas para adelgazar y todos los trucos que te damos a continuación, comprobarás que además de perder peso sin tener que renunciar a disfrutar de la comida, puedes hacerlo de forma fácil y muy sabrosa.
CÓMO HACER RECETAS PARA ADELGAZAR QUE NO PAREZCAN DE DIETA
Looks vistosos. Tanto la presentación de tus platos como la propia vajilla son fundamentales. No es lo mismo un plato ligero de verdura hervida sin más, que esas mismas verduras servidas en forma de timbal, sobre un plato bonito y con algún condimento que decore el plato sin sumarle calorías.
- Un arcoíris en el plato. Comemos con los ojos. Cuántos más colores, más apetitoso parece. Combina hasta 5 alimentos de colores distintos en tus platos, cosa que consigues fácilmente mezclando verduras o frutas. Por ejemplo, el verde de las espinacas o el kiwi, el rojo de los pimientos o las cerezas, con el anaranjado de la calabaza o la naranja, el blanco de los espárragos o la pera, y el negro de la berenjena o la uva.
- Vajilla de pequeño formato y bonita. Cuanto mayor sea el plato, más pequeña nos parece una ración y comemos más. Es mejor servir una cantidad correcta en plato pequeño. Y si además es bonito, nos da más buen rollo y no nos parece tan trágico seguir la dieta.
- Trucos de profesional. Presentar los platos en cazuelitas, timbales, brochetas, chupitos, cucharas... hace la comida más apetecible y te ayuda a reducir las cantidades.
- Colores claros en el ambiente y azules en la mesa. Comedores y cocinas despejadas en las que dominen los colores claros y crudos invitan a comer menos y de forma más relajada. Además, según la cromoterapia, rodearte de azul en la mesa, te ayuda a adelgazar porque serena, hace que comas más despacio y te sientas más saciada. ¡Sí a los manteles, vajilla y tuppers azules!
Toques sabrosos. Utiliza especias, semillas, y frutos secos para aderezar tus platos. Además de aportarles vitaminas y minerales muy beneficiosos para la salud, le darán un aspecto mucho más vistoso y apetecible a tus platos de régimen. Y en el caso de las especias, muchas de ellas tienen efecto quemagrasa.
Buenas compañías. Las guarniciones y las salsas son uno de las principales causas de que un plato sano y equilibrado se convierta en un abrir y cerrar de boca en una auténtica bomba calórica. No es lo mismo una pechuga a la plancha con una ensalada que con patatas fritas...
- Olvídate de las patatas fritas. En su lugar, pon unas asadas al horno o bien sustitúyelas por champiñones, pimiento, calabacín o berenjena a la parrilla.
- Prescinde del puré de patatas. Cámbialo por uno de calabaza, zanahoria o manzana. Además de ser más ligeros, son mucho más apetitosos por su dulzura.
- Aléjate de las salsas bomba. En vez de mayonesa, puedes hacer una salsa ligera de yogur o una vinagreta de mostaza. Más salsas y vinagretas ligeras aquí.
Cocciones ligeras. Otro de los puntos débiles de las dietas es la forma de cocinar los alimentos. Los fritos son el enemigo número uno de cocinar con poca grasa. Siempre que puedas, utiliza sartenes, cazuelas y menaje antiadherente que te permitan cocinar con el mínimo aceite. Y decántate por técnicas de cocción más ligeras como cocinar al vapor, al horno, al microondas o la plancha.
En la justa medida. Uno de los motivos fundamentales por los que se fracasa a la hora de seguir una dieta para adelgazar es pasarse en las cantidades por no tener a mano herramientas de medición. A falta de ellas, guíate por el método del plato de harvard. Es fácil y ¡funciona!
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